martes, 27 de noviembre de 2012

CAPITULO II: La Colonización.


COLONIZACIÓN SECUNDARIA:
La Colonización de nuestra zona, es de las llamadas COLONIZACIÓN SECUNDARIA, pues no se trajeron directamente los contingentes de inmigrantes de Europa, como ocurrió en otros caso, como por ejemplo Esperanza y otras poblaciones del sud de la Provincia, sino que fue efectuada por Luis D´Abreu,  con familias originariamente traídas para otras colonizaciones (en especial San Javier), o con descendientes de los mismos y por algunos criollos.-
Sobre el nombre impuesto a la Colonia, lo debía decidir el mismo concesionario o el encargado de la colonización, en nuestro caso, don Luis D´Abreu  por encargo del banco Colonizador Nacional, quién hizo uso de ese derecho imponiéndole su nombre, como ocurrió en Romang, donde su fundador impuso el suyo.-
Fue duro el comienzo de la colonización, en especial para los que venían a labrar la tierra en las abras que quedaban de la explotación del monte virgen, no solo para sacar el quebracho; sino para roturar la tierra ya que lo realizaban con arados manceras y las rejas eran de madera dura, lo cual hacía necesario afilarlas con mucha frecuencia y como esa tarea se efectuaba con cuchillo, nos podemos imaginar lo difícil que era conseguir cosechas buenas, aún para el propio consumo local.-
Además, es de hacer notar que un gran número de agricultores vinieron a la zona no como propietarios, sino como arrendatarios y con muy escasos recursos.-

REGLAMENTACIÓN DE LA COLONIZACIÓN:
Sin dudas fue la ley provincial del 4 de diciembre de 1887, la que incentivó la colonización en la región chaqueña de la Pcia., registrada en el Registro Oficial de la Provincia de Santa Fe, Tomo XV y XVI, año 1887, del Archivo General de la Provincia, la cual en su parte resolutiva decía:
"Artículo Primero: Toda colonia agrícola que se funde en la Provincia, cualquiera que sea su situación, queda exceptuado de los impuestos de contribución directa y de patentes, por el término de tres años, siempre que no tenga una superficie mayor de veinticinco kilómetros cuadrados.-
Artículo Segundo: Quedan asimismo comprendidos en la excepción del artículo anterior, todos los pueblos que se fundaren en las estaciones de ferrocarriles, con tal de que su extensión no sea menor de 130 hectáreas.-
Artículo Tercero: Los propietarios o fundadores de Colonias y pueblos que quieran acogerse a los beneficios de esta ley, están obligados: 1.- A destinar en cada centro de Población, los terrenos necesarios, a juicio del Poder Ejecutivo, para Templo, Escuela, Juzgado de Paz, Hospitales, Lazareto y Plazas Públicas.- 2.- A dejar calles, por lo menos de 20 metros de ancho, en los pueblos, que deberán ser delineados en manzanas que no sean menores de los cien metros por costados.-
Artículo Cuarto: Los terrenos arrendados, aún cuando fueran destinados a la agricultura, no gozarán de los beneficios de la ley, mientras no sean vendidos en concesiones o transferida su propiedad de otra forma.-
Artículo Quinto: Quedan derogadas todas las disposiciones de la ley de tierras que se opusieran a la presente.-
Artículo Sexto: De forma.- "

LA DONACIÓN DEL BANCO COLONIZADOR DE LOS TERRENOS PARA QUE FUNCIONEN LOS ENTES OFICIALES:
En el año 1891, en virtud de la Reglamentación de la Colonización, por ante el Escribano Público Don Hermenegildo Basualdo, el señor Gobernador de la Provincia de Santa Fe, Dr. Juan M. Cafferata, juntamente con su Ministro de Gobierno, Justicia y Culto, Dr. Luciano Leiva, aceptaron la donación que efectuara el Banco Colonizador Nacional con fechas: 6 y 18 de marzo de 1890, en la Ciudad de Santa Fe, ante el Escribano Público Don Juan González Caneé, por intermedio del Gregorio Torres, en su carácter de Presidente del Banco, de los siguientes lotes ubicados en el pueblo Luis D´Abreu: "El Solar letra "A" de la manzana nº 27, con una superficie de diez y ocho áreas y cincuenta y cinco centiáreas; el lote letra "B" de la manzana nº 30 de una superficie de diez y ocho áreas, setenta y cinco centiáreas; el lote solar letra "G" de la manzana nº 43, con una superficie de doce áreas cincuenta centiáreas; el solar letra "D" de la manzana nº 14 con la misma superficie de la anterior; la manzana nº 11 con una superficie de una hectárea; la fracción Letra H de la Sección Chacras, con una superficie de dos hectáreas y veinte áreas y la fracción letra I, igualmente de la sección Chacras, con una superficie de dos hectáreas, cuarenta y cuatro áreas, con destino a edificios públicos y otros servicios comunitarios.-"
Esta donación realizada de acuerdo a la ley del 6 de diciembre de 1887, por el Banco Colonizador Nacional, le significó la liberación de los impuestos fiscales, por el término de tres años, que acordaba a los fundadores de Pueblos y Colonias en la Provincia  , y "...estando aprobada la traza del Pueblo y Colonia Luis D´Abreu", como lo indica la resolución de fecha 4 de junio de 1890.-

LOS PRIMEROS POBLADORES DE LA COLONIA:
La zona comenzó a ser nuevo polo de desarrollo, hombres y mujeres voluntariosos, ávidos de labrarse un brillante porvenir explotando las riquezas de la tierras vírgenes, cultivando en pequeñas parcelas arrebatas al monte, en una producción dirigida a la alimentación de los obreros del monte y para las poblaciones urbanas que comenzaban a crecer, van constituyendo un interesante conglomerado urbano que se acentaron definitivamente en la zona desafiando peligros.-
El encargado de la acción colonizadora fue el Dr. Angel Frederich, como administrador, que prometía ayudar a los que se animaban para que un día sean propietarios de las tierras que trabajaran, así llegaron los primeros pobladores, se recuerda a: Antonio Fumis, Alterio Acuña, José Manuel García, Cayetano Siboldi, Amadeo Ruggero, Fermín Chamorro, José Rosetani, José Sigaudo, Angel Bruzzoni, Silvero Molina, Juan E. Carrara, Zoilo Martinenghi, Leonildo Gianassi, Pedro Dalla Fontana, José Burguener, Juan Fumis, Enrique Fumis, Guillermo Harteneck, Santiago Pastorelli, Francisco Goldaraz, Ernesto del Yuste, José Capatto, Serafín Barón, José Santiago Carrara, Juan Berisso, Alfredo Benitez, Arturo Grau, Luis Isaía, Pedro Sales, Bartolomé Sonzogni, Nicolás Dayer, Carlos Harteneck, Heraclio Vázquez, Protacio Utrera y muchos nombres que han quedado gravados en la historia lugareña.-
Todos con sus familias viajaban en carretas desde San Justo, pasando  campos abiertos, por San Martín Norte, La Brava y por la ex reducción San Pedro El Grande, cruzando arroyos y cañadones.-

LAS PRIMERAS EXPLOTACIONES AGRICOLO-GANADERAS:
Las primeras explotaciones agrícolas fueron realizadas en la zona en el año 1889, estando a cargo del Dr. FREDERICH, como ya lo señalamos, enviado especialmente por el Banco Colonizador Nacional, con él llegaron tres familias procedentes de Brasil, especializados en el cultivo de algodón y el café,.- Estas experiencias se realizaron durante dos años, pero los trabajos se abandonaron por el retiro del Dr. Frederich, debido a desavenencias con el Delegado del Gobernador, Señor Espeche, hacendado que se había establecido en la región, antes de la fundación del pueblo.- Los colonos, sin apoyo oficial, se dedicaron a otras actividades para asegurar su subsistencia.
Las Estancias que a posteriori se fueron estableciendo, contaban con miles de hectáreas, con campo abierto (sin alambrados) y el ganado se reproducía libremente.- La vida de empleados y peones era muy dura y no pocas veces tenían que recolectar los animales a pié, debido al robo de sus caballos por parte de la indiada montaraz del Cacique Pedro José. Como lo contaba doña Luisa Lezcano de Aguiar, que junto con doña Anunciada Dalla Fontana de Pastorelli, eran las más antiguas de la Colonia y habían vivido en puestos cercanos en la estancia que pertenecía a Agustín de Iriondo. Además señalaba que en dicha estancia se contaba con más de 18 000 vacas, durando las yerras más de 15 días.- Sus casas eran rancho con techo de totoras y las mujeres permanecían encerradas en los mismo junto a sus hijos hasta que regresaban sus esposos, debido a los innumerables peligros del lugar.-

ARRENDATARIOS Y SUB-ARRENDATARIOS DE LA ZONA:
Al comienzo de la Colonización, las tierras estaban en manos de pocos dueños, que arrendaban las mismas en parcelas o bien lo hacían en bloque a un tercero, que a su vez arrendaba a los chacareros, en su mayoría inmigrantes.-
Con elementales herramientas los colonos le hacían frente al indómito monte y poco a poco las picadas daban paso al arado de bueyes o caballos, que sin prisa, pero sin pausa. Iban haciendo los surcos donde se depositaba las semillas que más tarde, serían la más importante riqueza de nuestro país.-
Claro que la vida no era fácil, además de las inclemencias del paisaje, debían soportar las arbitrariedades de los propietarios o arrendatarios de la tierra, como por ejemplo aquella disposición del que arrendaba el campo de los Iriondo, de apellido Vela, que cada cuatro años hacía cambiar de parcela a los subarrendatarios, o sea que debían desarmar su rancho, su aguada, sus alambrados, para llevarlos de un lugar a otro, o bien tenían obligación de sembrar junto a sus semillas, semillas de alfalfa para que el Subarrendador, luego pastara su hacienda vacuna en el lugar.-
Así, con todo el esfuerzo de muchos anónimos, se fue forjando nuestra historia lugareña, y debió pasar muchos años, para que aquellos sufridos arrendatarios pudieran ser propietarios, por créditos ventajosos del Banco de la Nación Argentina, que se los concedía al 8% anual sin indexación alguna y del viejo Banco de la Provincia de Santa Fe.- Surgen así importantes colonias en nuestro Distrito como La Angelita, Los Galpones y Espín.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario